CCE en Ciudad de la Costa
24/04/20205 errores que no debes cometer si estás comenzando a emprender en redes sociales
14/05/2020Pautas de Autocuidado Emocional
Autor: Ps. Mónica Golpe (Consultora Senior IUDEL)
La pandemia del Covid-19 está provocando gran preocupación y malestar emocional, por la incertidumbre que genera el rápido contagio y las muertes que provoca. Lo que está claro es que nuestra vida se ha detenido, al punto que parece imposible hablar de otro tema, pensar en otra cosa. Estamos en casa, trabajando o no, cuidando de nosotros y de la familia, con un objetivo primordial: salvar vidas y evitar la propagación del virus, sin
saber cuánto tiempo vamos a estar así y cómo seguiremos después de todo esto; todo lo cual nos genera gran incertidumbre.
La huella psicológica que dejará esta pandemia -a nivel individual- va a depender de cómo gestione cada persona esta situación y de la red de apoyo con la que cuente. O nos va a dotar de más recursos y estrategias para poder superar situaciones complicadas o, por el contrario, nos podrá generar secuelas de consideración.
Estamos estresados y cansados. Y es esperable –incluso- que en estos días sintamos intensas emociones, como miedo, tristeza, enfado, sentimientos de vulnerabilidad y de falta de control. Por eso, resulta sano aprovechar esta etapa para cuidar de nuestras emociones y aprender a regularlas mejor. Y algo muy importante: no debemos olvidarnos de contextualizar, esto es, ser conscientes que lo que estamos sintiendo es
producto de las circunstancias que estamos viviendo y que –además- es algo temporal. No siempre va a ser así. Esto terminará.
En este contexto, tenemos que considerar que es esperable que las emociones puedan ir variando a lo largo de los días y de las semanas, y que en cada fase de este periodo podrán ser emociones fuertes -acordes a las circunstancias que esté viviendo cada uno- mientras que en otros días podremos estar más relajados o felices. Tiempo al tiempo. Esto es un paso a paso.
¿Cómo dejar de pensar constantemente en el Covid-19?
No podemos hacer como que no pasa nada, porque sí pasa. Pero, de alguna manera, esta crisis sanitaria -que obliga a quedarse en casa a quienes pueden hacerlo logra convertirse en una oportunidad para pasar más tiempo en familia y compartir diferentes momentos, jugar a las cartas o juegos de mesa, escuchar música, charlar o mirar juntos algún programa o película, tocar algún instrumento, leer, desarrollar habilidades
artísticas, realizar tareas manuales y hogareñas, cocinar, practicar diferentes técnicas de relajación y respiración, meditación, rutinas de ejercicios físicos, yoga…. o lo que se nos ocurra.
De esta forma, fijarse objetivos que puedan ayudarte a centrar tu energía en lo que puedes hacer, y no en lo que no puedes hacer, apunta a mantenerte activo y productivo.
Permitir y aceptar las emociones propias, así como darse un tiempo para comprender los propios sentimientos y necesidades, es otra gran clave para sobrellevar mejor el confinamiento. Hay veces que también hay que saber pedir ayuda para sentirnos cuidados.
En cuanto a los niños, jóvenes y adolescentes, no perder de vista que a través de nuestras reacciones y expresiones, ellos observan y aprenden cómo se debe responder al estrés y a la incertidumbre. Por esto resulta positivo aprovechar este momento de crisis para enseñarles la resiliencia.
Mantener el contacto social con familiares y amigos, a través del teléfono y/o video llamadas, es una de las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías, a quienes pueden acceder a ellas. Precisamente, estos días pueden ser vistos como una buena oportunidad para hablar más con nuestros seres queridos y fortalecer los lazos afectivos.
Es –quizás- la clave para sobrellevar esta circunstancia tan disruptiva: tomar conciencia que podemos hacer “algo por nosotros y por los demás”. Y que juntos saldremos adelante.
Ps. Mónica Golpe
Consultora Senior IUDEL